1. CONTROL DE LA TENSIÓN. 
El incremento de la presión arterial, el colesterol y azúcar en la sangre pueden causar deterioro de los vasos sanguíneos grandes y pequeños, activando una cascada de complicaciones que reducen el flujo sanguíneo cerebral.

2. COLESTEROL SALUDABLE. 
El exceso de colesterol puede llevar a una acumulación de depósitos grasos, o aterosclerosis.

3. MENOS AZÚCAR. 
Un consumo excesivo de azúcar predispone a enfermedades como diabetes que está estrechamente relacionadas con la enfermedad cardiovascular y la demencia o el Alzhéimer.

4. EJERCICIO FÍSICO. 
Cada a vez hay más evidencias científicas que confirman el beneficio del ejercicio, moderado o intenso, sobre nuestra salud cognitiva.

5. DIETA SALUDABLE. 
La alimentación es un elemento fundamental para mantener nuestro cerebro sano y activo. Una buena dieta ayuda a tener un cerebro sano, que se define como alguien que puede prestar atención, recibir y reconocer información de nuestros sentidos; aprender y recordar; comunicar; resolver problemas y tomar decisiones; mantener la movilidad y regular las emociones. El deterioro cognitivo puede afectar a cualquiera o todas esas funciones.

6. NO AL TABACO. 
El tabaco, junto con el exceso en el consumo de azúcar, es uno de los principales factores de riesgo para muchas patologías, incluida la demencia.

7. ADIÓS AL SOBREPESO Y OBESIDAD. 
El tabaco, junto con el exceso en el consumo de azúcar, es uno de los principales factores de riesgo para muchas patologías, incluida la demencia.